Hoy os traemos la experiencia de una familia la mar de simpática e intrépida que nos cuentan cómo dejaron Barcelona para emprender y vivir en Villamejil, un pequeño pueblecito de Castilla y León, que les ha proporcionado todo lo que buscaban y una proyección de futuro mucho más prometedora que la que les hubiera deparado seguir en la gran urbe.

Así que nos ponemos manos a la obra y damos paso a Jessica que nos cuenta que esta aventura la forman ¡la familia al completo! Compuesta por:
Los bisabuelos Rosa y Melchor, los abuelos Miguel y Montse, la hija Jessica y el yerno José y los más pequeños de la casa Jesé y Josh.
Por si no fuera suficiente, van acompañados de su familia perruna, los cinco magníficos son: Laica, Sheeva, Thor, Nuca y Kalí. Para que no se diga que son más de perros que de gatos, también tenemos familia gatuna, Gorda, Coco y Clin, que cierran este gran círculo familiar tan bien avenido.
“Es importante mencionar –nos explica Jessica- que los bisabuelos son personas totalmente dependientes, Rosa padece Alzheimer y asiste diariamente a un centro especializado en esta enfermedad en Astorga. Hay servicio de transporte del pueblo al centro. Y Melchor, es una persona ya encamada que no puede valerse por sí mismo, recibe los cuidados pertinentes en el domicilio y si alguna vez ha hecho falta trasladarle al centro médico, el servicio de ambulancia ha funcionado correctamente, de forma puntual y ofreciendo un buen servicio.”
Después de las presentaciones, Tierra en los zapatos quiso saber los motivos de este cambio de vida tan drástico. Jessica nos lo cuenta así:
“Los motivos principales a grandes rasgos son:
La búsqueda de mejorar nuestra calidad de vida y esto incluye el menor precio de las viviendas, coste de vida reducido, la ausencia de contaminación, salud y la calma que rodea la vida rural, en resumen, los pueblos ofrecen una mayor calidad de vida. El contacto constante con la naturaleza en un entorno maravilloso, donde ver crecer a nuestros hijos y que tengan una infancia realmente feliz.
La oportunidad real de emprender, en un pueblo es más viable. Hay menos competencia, y más ayudas en lugares con menos habitantes y es más sencillo marcar la diferencia.
Y por último teníamos la idea en mente desde hace tiempo, y este 2020 con la pandemia como protagonista ha sido el empujón que nos faltaba para armarnos de valor y apostar todo.”
Llegados a este punto, la pregunta que nos hacemos todos es: ¿cómo lo han hecho? Jessica nos explica su caso en concreto:
“En nuestro caso particular al fallecer la madre de José, recibimos una pequeña herencia y nos planteamos qué hacer con el dinero, dejarlo en el banco e ir gastándolo de forma constante en una ciudad o invertirlo en una propiedad en un pueblo sin tener ninguna atadura con el banco aun contando con menos servicios de ocio y de vida en general.
Quedarse en la ciudad e intentar tener una propiedad hubiera supuesto 30 años de hipoteca y perder la oportunidad de emprender, así que elegimos la segunda opción.”
Esta última afirmación, nos parece muy acertada y una invitación a la reflexión, ya que muchas veces no nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort, perdiendo así la oportunidad de ser realmente felices.
“En un pueblo como este -nos sigue explicando Jessica- se puede comprar una vivienda por 20.000€ en adelante.
Tenemos familia en Ponferrada y José pasó parte de su infancia en Trobajo del Camino. Por otro lado, Miguel y Montse son peregrinos por devoción y conocían muy bien la zona y su sueño siempre fue trasladarse al norte a vivir.
En la ciudad José era jefe técnico Electrohidráulico; Miguel, Jefe de seguridad; Montse, enfermera en una planta de unidad de paliativos y Jessica, auxiliar administrativa.”
Quisimos saber cómo encontraron su nuevo hogar y se nos antoja que su búsqueda fue toda una aventura.
“La búsqueda de la casa fue sencilla. Visitamos pueblos y también una aldea. Teníamos muy claro el importe del que disponíamos y hasta donde podíamos llegar. Gastamos nuestras dos semanas de vacaciones en realizar las visitas y lo hicimos todos juntos. Para nosotros era muy importante ver las casas juntos, los más pequeños incluidos. Iba a ser su hogar también y tenían que ser partícipes: que hubiera colegio o ruta escolar, que pudiéramos reformarla nosotros mismos y que el entorno invitará a quedarse. Lo pasamos bien, fue una experiencia bonita y en dos semanas la encontramos.”
La casa que nuestra familia protagonista encontró, es la típica casa de León, con su patio interior y pajares. En total son unos 500m². Su filosofía es vivir como antiguamente, todos juntos y así hacer piña y poder ayudarse (recordemos que los bisabuelos Rosa y Melchor son dependientes y también hay en casa dos niños pequeños).
“Nuestro hogar se llama VILLA ELISE en honor a Eli y José, padres de José que ya no están y gracias a ellos pudimos en cierta forma dar este gran paso.”

Esta revelación realmente me emocionó, incluso ahora al escribir y pensar en ello también me sucede. Si pensábamos que con ocho miembros y ocho animalitos estaban al completo, estábamos equivocados. También los padres de José forman parte de esta historia de una manera muy bonita y especial.
Respecto a la escolarización de los niños nos cuentan fue un gran acierto.Pasaron de una jornada partida en Barcelona a una jornada continua en el colegio rural.
“Les recoge el autobús a las 9:10 h y los devuelve a las 15:30 h. Comen en el centro, el comedor es gratuito, al igual que el transporte, con cocinera propia y comida casera… algo realmente impensable en Barcelona.
En nuestro pueblo hay cuatro niños, pero el autobús hace ruta escolar y recoge a más en otros pueblos.
Después de conocer todos los aspectos más personales de Jessica y su familia, entramos de lleno en su experiencia como emprendedores. Nos lo cuentan paso por paso y con todos los detalles a continuación:
“Cuando visitamos Villamejil nos dimos cuenta que no contaba con ningún tipo de servicio. El bar del pueblo llevaba más de dos años cerrado, el autoservicio también se encontraba cerrado debido a que la propietaria se había jubilado y lo único con lo que contaba el pueblo y sus vecinos era una pequeña gasolinera.
Pensamos que era una buena oportunidad para dar vida de nuevo al pueblo coger el bar y convertirlo en un colmado, con su parte de bar y servicio de comidas y su parte de tienda donde poder adquirir productos de primera necesidad.




Contactamos con la junta vecinal y les explicamos nuestra idea. Les pareció bien y así es cómo nos convertimos en los nuevos regentes de El Encuentro de Villamejil.
El siguiente paso fue ponerse en contacto con la Asociación Cuatro Valle. Es una asociación que se concentra cada miércoles por la mañana y donde uno puede ir a informarse sobre todas la ayudas ya sean Europeas, Estatales o propias de la Comunidad. En nuestro caso hemos podido tener acceso a varias ayudas.
Hemos creado una comunidad de bienes, al ser una familia era nuestra mejor opción. Cada uno de nosotros hemos podido acceder a diferentes ayudas (por ser mujer emprendedora, por ser mayor de 55 años, por ser por primera vez autónomos y por residir en un pueblo de menos de 5.000 habitantes).
Por otro lado, todos apostamos para crear la comunidad de bienes y solicitamos el pago único al SEPE de todo lo que nos quedaba por percibir, es un trámite fácil de realizar y el único requisito es demostrar que el dinero se ha invertido en el negocio.
El Encuentro de Villamejil ya es una realidad, un lugar de encuentro, de servicio a nuestros vecinos, donde se puede tomar algo, dejar un recado, adquirir una barra de pan o un pollo a l’ast un domingo si no hay ganas o tiempo de cocinar. Un bar en un pueblo es esencial.”
Por otra parte, Jessica ha sido la emprendedora de la marca TENGOMIPUNTO dedicada a confeccionar muñecas en crochet de forma artesanal. Desde Villamejil este proyecto está cogiendo forma, se ha podido montar su propio taller y realmente el pueblo es un lugar de inspiración y creatividad.



“Nuestro próximo proyecto es poder ofrecer alojamiento, ya que actualmente no hay nada donde poder pasar un fin de semana de desconexión o los días que hagan falta.”
Esta gran familia, comparte todas sus aventuras, proyectos y sueños en Instagram.
Jessica nos enseña sus preciosas muñecas en:
https://instagram.com/tengomipunto?igshid=8uikhz8dfn67
El encuentro de Villamejil comparte todas sus delicias y espacios en:
https://instagram.com/elencuentrodevillamejil?igshid=16dela4us8qll
Y por último, la familia nos enseña Villamejil, sus alrededores y la vida rural en:
https://instagram.com/urbanitasrurales?igshid=hpwvzmaq0g8y
Por mi parte solo me queda agradecer enormemente a Jessica la confianza depositada en mí para contar la historia personal de cambio de vida y emprendimiento de esta gran familia y desear de todo corazón, que todos sus proyectos salgan adelante, ¡que todos los pueblos encuentren gente como vosotros y que nuestro medio rural se vuelva a llenar de ideas, proyectos e ilusiones!